Luego de haberse implantado piezas plásticas en casi cada parte de su cuerpo, la rucia favorita de Play Boy, Pamela Anderson, ha aumentado su masa y su volumen al doble.
No es malo en esta vida querer ser más, no es malo tampoco suplir con plástico lo que diosito y la genética nos negaron al azar, y no es malo de ninguna forma querer mantener tu imagen intacta a través de los años desafiando a dios, a la medicina y a Peter Rock… pero lo que si es malo, es idolatrar tu figura a tal punto de tu mismo convertirte en tu doble.
Ya ocurrió con el gran Elvis, ocurrió con Ana Nicole, ocurrió con Álvaro Henríquez y ahora con Pamela… ser literalmente tu doble no tiene nombre ni precio, para todo lo demás se necesita plata.
neeeeeext!
que shusha?