Después de un Bicentenario tan apoteósicamente muerto como el que acaba de ocurrir, es que entre tanta empanada, choripán y asado, solo quedan los huesitos. ¿Qué tiene que ver esto…
Después de un Bicentenario tan apoteósicamente muerto como el que acaba de ocurrir, es que entre tanta empanada, choripán y asado, solo quedan los huesitos. ¿Qué tiene que ver esto…